En Febrero de 1.975, comencé la práctica de las Artes Marciales en el Arte del Judo. Siendo mi primer Maestro Don Vicente Cepeda Ruiz y su mujer Dña. Sacramento Moyano Luque (actualmente ambos 8º Dan), en el Gimnasio Juka. Para más tarde practicar y aprender de ello mismos en el Gimnasio Budokan, obteniendo el Cinturón Negro de 1er Dan a la edad de 16 años.
De un principio casual, como tantas veces sucede en la vida, el Judo se convirtió en una pasión, una obsesión y una forma de ser y estar en este mundo.
Sacra y Vicente. Esta foto está sacada del reportaje que le hicieron a Sacra en una Revista española por su medalla de plata en Europa el cuál guardo con cariño |
Todos teníamos el sentimiento que lo que hacíamos era importante y trascendente y cuando algún Judoka alcanzaba la excelencia, utilizábamos expresiones como “tiene Judo”,
Me siento muy orgulloso de todos esos momentos y experiencias que han marcado mucho de lo que soy. Raíces muy profundas que se adentran en mi Fe y en mis creencias. Te agradezco Vicente todos esos años cuando intentabas que fuéramos buenos Judokas y competidores.
La cercanía y pertenencia del Maestro a la élite del Judo, me permitió entrenarme con grandes Judokas, para mí, todos amigos y compañeros, y no perder ninguna oportunidad de aprender de todos ellos.
Quiero tener un recuerdo especial con quien fue mi “ídolo” de aquellos años, por el que sentía un gran respeto y admiración, y al que consideraba “toda una personalidad del Judo”, al Maestro D. José Luis de Frutos Molinero (
) 7º Dan, “Mister NE-WAZA”, “Señor Judo Suelo”, como al parecer le denominaban en Japón.
Una grave lesión en el hombro me hizo interesarme por el “Judo fácil”, como libremente yo le denomino, por el ser el Judo de principios técnicos y entenderlo como un Arte y no sólo como un deporte, con el Maestro Toshiyasu Uzawa 8º Dan Kodokan, en el año 1985.
Durante un tiempo alterné el Judo con la lucha Sambo por parecerme muy interesante y complementaria con el Judo. Practiqué con el Maestro José Antonio Cecchini Estrada, considerado como uno de los mejores Sambistas mundiales de todos los tiempos y uno de los mejores Judokas de nuestra historia.
Interesándome por todas las facetas de las Artes Marciales, encontré lo que para mí, fue un auténtico descubrimiento, “el Arte del Ju Jutsu”. Marché hacia atrás en la historia de las Artes Marciales japonesas para poder dar un enorme salto en conocimientos, en una cultura más flexible y en un desarrollo integral físico-técnico.
Desarrollé una personalidad libre, de búsqueda e inquietud. Quizás algo similar a la del propio Jigoro Kano cuando enviaba a algunos de sus mejores alumnos a estudiar otras Artes o Escuelas. Maestros célebres como Minoru Mochizuki, Tomita, Sugino, etc. y éstos, posteriormente, se reunían con el Maestro y le explicaban su aprendizaje.
Quizás lejos queda el relato y el recuerdo de aquellas efemérides, pero siguen estando presentes, pero deberían seguir estando presentes, su mentalidad, su búsqueda y el respeto por todos.
Dentro de las dificultades y vicisitudes de la implantación del Jiu Jitsu en España, tuvimos la suerte de contar con las enseñanzas del Maestro D. José Manuel García García 8º Dan. Padre del Jiu Jitsu español y uno de los Maestros más antiguos del Judo. Hasta entonces había estado enseñándolo como asignatura en la formación de los Caballeros-Cadetes, en la Academia General Militar de Zaragoza y en la Escuela Central de Educación Física de Toledo. Siendo Maestro de la mayoría de los militares de alta graduación que han dirigido diversas unidades del Ejército español.
Maestro D. José Manuel García García |
Nuestro común amigo y Maestro Fernando Gómez Hernández, 6º Dan de Jiu Jitsu, siempre me recuerda el respeto que muestran los Generales al verle y cómo le saludan a la voz de “mi Coronel”
Muchos ejércitos del mundo, como el norteamericano, impusieron su aprendizaje en sus cuerpos de élite por su enorme eficacia y formación.
El Maestro tuvo que viajar mucho en su aprendizaje y fue uno de los pioneros en convertir el ancestral Ju-Jutsu, en un Arte contemporáneo, adaptándolo a las necesidades marciales y educativas de nuestros días. Quizás para ello utilizó el verdadero significado de la palabra “tradición”.
He aprendido mucho de él, he puesto todos los sentidos e imaginación en cada explicación y en cada momento vivido a su lado. Es una persona de gran carácter y humanidad, y uno de los Maestros que ha conseguido el equilibrio de ser Maestro y amigo de sus alumnos. Le agradezco su cariño, su ejemplo y amistad y el formar parte, como así lo denomina con cariño y gran sentido del humor, de su “Guardia Pretoriana”.
Quiero destacar a otro de los más grandes Maestros que el Jiu Jitsu español contó en sus comienzos y en su evolución fundamental, Don Ángel Gasco Leranca, 7º Dan Ju-Jitsu, y gran Maestro de Judo, con un sinfín de Danes y estudios en diferentes Artes Marciales y Escuelas.
Sólo puedo decir que quienes le conocemos sabemos que el Maestro es uno de los más grandes de Europa. Nunca ha dejado de enseñar y estudiar. Concepto éste último que puede hacer algún equivocado al no distinguir cuando está delante de un auténtico Maestro y lo mucho que hay que vivir para serlo
A veces, el gran maestro está a nuestro lado y siendo humildes y verdaderos la vista se aclara y el corazón nos deja.
Me gustaría mencionar en estas líneas al “viajero incansable” del Jiu Jitsu español, con el que me une amistad y humilde colaboración en algunos de sus proyectos, el Maestro D. Pedro Rodríguez Dabauza, 7º Dan de Judo y Jiu Jitsu Fedjyda y 8º Dan Hanshi de la Dai-Nippon-Butokukai. Como su representante, Pedro me ofreció ingresar en tan prestigiosa institución, y gracias a él he podido ir hasta en dos ocasiones al Japón. En el último viaje pude ir junto a varios de mis alumnos y amigos. Espero que un día podamos volver con más compañeros que no pudieron asistir y que hasta entonces nos esforcemos en ser mejores y ya allí vivamos cada momento como precioso.
En mi afán de mejorar y tener una enseñanza lo más especializada posible en todas sus vertientes, continué con el Karate-Do con el Maestro D. Luis Lafuente Aguilera (
), 7º Dan de la Escuela Shito-Ryu. Pionero del Karate de nuestro país, el Maestro ha sido uno de los más relevantes en su historia. Le agradezco lo mucho que me aportó, su saber, su energía, el respeto y cariño con el que siempre me trató y por ver en mí valores que espero sean ciertos, pues no me gustaría defraudarlo allá donde esté y espero que sintiera que siempre fue correspondido.
De forma complementaria realicé Congresos, Cursos y Seminarios de las Artes citadas, así como de Aikido, Lucha, Defensa Policial-Militar y alguna breve inclusión en el Arte del Ken-Jutsu.
Nunca he pretendido que mi práctica en el Arte consistiera en la acumulación de técnicas y convertirme en un coleccionista de éstas, olvidándolas pronto al no contener nexos de unión.
He necesitado encontrar las claves, los principios y la verdad de los mismos, de manera que las piezas del tablero no estuvieran descolocadas. Es mi propósito y afán el dar vida y sentido a éstas y poder contemplar la forma y el fondo en el camino de mi práctica.
Agradezco a mis alumnos el ayudarme a hacer el Blog del Ju-Jitsu, por darles trabajo y por aguantarme. Enseñarlos me ha obligado a dar mucho de mí y me da ánimos por seguir teniendo la ilusión por mejorar y aprender.
Son cosas que se dicen, pero, a veces… son verdad.
1 comentario:
que emocionante vivir,, bss
Publicar un comentario