Ha caído en mis manos un libro sobre el Judo que comienza con la Historia del Jiu-Jitsu y me ha parecido oportuno dejar en este blog su introducción. Si es o no la verdadera historia de los comienzos del Jiu-Jitsu queda a voluntad de cada uno.
Es un libro que fue editado entre 1950-1955 así que no os sorprenda ver Jiu Jitsu con "y".
HISTORIA Y EVOLUCION DEL YU-YUTSU
El origen del Yu-yutsu, de la misma manera que muchos otros acontecimientos japoneses, se remonta a la edad mitológica. Se refiera a que los dioses Kajima y Kadori, se sirvieron de este arte para castigar a los habitantes rebeldes de las provincias del Este. Pero desde aquél tiempo hasta el régimen de Hojo (del siglo doce al catorce), ninguna escuela, especialmente destinada para enseñar este arte, se ha fundado. Empero, con el andar del tiempo, los diferentes métodos empleados por personas físicamente inferiores, venciendo a adversarios terribles y mejor dotados, fueron cuidadosamente elaborados hasta que se formaron por obra de la casualidad varias distintas ryugi, es decir, sectas escuela.
La sugestión de que los hombres como Chin Gen-Pin o Chuan Yuan-Pin, durante la dinastía china de Ming, había introducido este arte en Japón, en general, no merece pleno crédito. En cualquier forma, su práctica se ha desplegado, durante el período de Tkugawa (1615-1867), siendo enseñado por un número de profesores pertenecientes a diferentes escuelas. Yu-Yutsu sólo es uno de los muchos nombres con que, y casi siempre, se representa la misma cosa. Nombres como : Kempo, Yawara, Kugusoku, Camiuchi y, últimamente, Yudo, son todos aplicaciones poco diferentes cuyos principios resultan idénticos.
Interesante e ilustrativo para la historia del Yu-yutsu son los acontecimientos siguientes: El fundador del Yoshin-ryu, una de las escuelas del Yu-yutsu, fue médico del Nagasaki llamado Akiyama Shirobei Yoshitoki. Dirante su viaje de estudio por China había aprendido, bajo la dirección de un tal Haku-tei o Pao-chuan, tres “te” o golpes de Yu-yutsu. Las formas principales de este arte como se practicaba en la China, consistían en pegar y empujar. Yoshitoki dominaba completamente estos tres “te” junto con 28 diferentes Kassei-ho, o maneras de resurección, De regreso al Japón, enseñó este arte a los discípulos, pero la mayoría de ellos, desanimados de la pequeña cantidad de golpes que disponía el maestro, abandonaron sus estudios antes de adquirir una perfección. Yoshitoki, ante tal aparente fracaso, pensó, entonces, en mejorar su arte. Sabido es que se retiró de la actividad durante cien días internándose en el templo de Tenmangu, en Tskushi, a fin de estudiar con más amplitud y recogimiento esta práctica para aumentar el número de sus “te”, lo que consiguió elevándolo a ciento tres.
El nombre de su escuela nació en forma original. Un día de invierno observaba, casualmente, el frente del templo, notando que las ramas de un árbol de sauce no retenían la nieve, después de haber nevado en abundancia. Llamó su atención el hecho de que gracias a la elasticidad de sus ramas, que cedían a la nieve cayendo y despidiéndola tan pronto como se acumulaba, escapando así el árbol del destino de otros de un mayor desarrollo, cuyas ramas fueron aplastadas en todas las partes y rotas por el peso de la nieve. Pensó, entonces, que el cuerpo humano, a semejanza del citado árbol, obedecía mejor siempre que conservase tal elasticidad. De manera que nació de esta simple olservación la idea de buscar un camino o sistema que lograse dar al ser humano mejor capacidad, a pesar de su aparente inferioridad física. A tal propósito comenzó por analizar las diversas formas de ejercicios que podían dar al cuerpo mayor dominio y destreza, y así fue -dice la tradición- naciendo o formándose el primer cuerpo de doctrinas sobre el arte del Yu-yutsu.
El origen del Yu-yutsu, de la misma manera que muchos otros acontecimientos japoneses, se remonta a la edad mitológica. Se refiera a que los dioses Kajima y Kadori, se sirvieron de este arte para castigar a los habitantes rebeldes de las provincias del Este. Pero desde aquél tiempo hasta el régimen de Hojo (del siglo doce al catorce), ninguna escuela, especialmente destinada para enseñar este arte, se ha fundado. Empero, con el andar del tiempo, los diferentes métodos empleados por personas físicamente inferiores, venciendo a adversarios terribles y mejor dotados, fueron cuidadosamente elaborados hasta que se formaron por obra de la casualidad varias distintas ryugi, es decir, sectas escuela.
La sugestión de que los hombres como Chin Gen-Pin o Chuan Yuan-Pin, durante la dinastía china de Ming, había introducido este arte en Japón, en general, no merece pleno crédito. En cualquier forma, su práctica se ha desplegado, durante el período de Tkugawa (1615-1867), siendo enseñado por un número de profesores pertenecientes a diferentes escuelas. Yu-Yutsu sólo es uno de los muchos nombres con que, y casi siempre, se representa la misma cosa. Nombres como : Kempo, Yawara, Kugusoku, Camiuchi y, últimamente, Yudo, son todos aplicaciones poco diferentes cuyos principios resultan idénticos.
Interesante e ilustrativo para la historia del Yu-yutsu son los acontecimientos siguientes: El fundador del Yoshin-ryu, una de las escuelas del Yu-yutsu, fue médico del Nagasaki llamado Akiyama Shirobei Yoshitoki. Dirante su viaje de estudio por China había aprendido, bajo la dirección de un tal Haku-tei o Pao-chuan, tres “te” o golpes de Yu-yutsu. Las formas principales de este arte como se practicaba en la China, consistían en pegar y empujar. Yoshitoki dominaba completamente estos tres “te” junto con 28 diferentes Kassei-ho, o maneras de resurección, De regreso al Japón, enseñó este arte a los discípulos, pero la mayoría de ellos, desanimados de la pequeña cantidad de golpes que disponía el maestro, abandonaron sus estudios antes de adquirir una perfección. Yoshitoki, ante tal aparente fracaso, pensó, entonces, en mejorar su arte. Sabido es que se retiró de la actividad durante cien días internándose en el templo de Tenmangu, en Tskushi, a fin de estudiar con más amplitud y recogimiento esta práctica para aumentar el número de sus “te”, lo que consiguió elevándolo a ciento tres.
El nombre de su escuela nació en forma original. Un día de invierno observaba, casualmente, el frente del templo, notando que las ramas de un árbol de sauce no retenían la nieve, después de haber nevado en abundancia. Llamó su atención el hecho de que gracias a la elasticidad de sus ramas, que cedían a la nieve cayendo y despidiéndola tan pronto como se acumulaba, escapando así el árbol del destino de otros de un mayor desarrollo, cuyas ramas fueron aplastadas en todas las partes y rotas por el peso de la nieve. Pensó, entonces, que el cuerpo humano, a semejanza del citado árbol, obedecía mejor siempre que conservase tal elasticidad. De manera que nació de esta simple olservación la idea de buscar un camino o sistema que lograse dar al ser humano mejor capacidad, a pesar de su aparente inferioridad física. A tal propósito comenzó por analizar las diversas formas de ejercicios que podían dar al cuerpo mayor dominio y destreza, y así fue -dice la tradición- naciendo o formándose el primer cuerpo de doctrinas sobre el arte del Yu-yutsu.
1 comentario:
'sssa referencia...que no falteeee
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